Desde temprano nomás, el zócalo de TN anunciaba la noticia de una “primera censista asaltada”. Primera de las muchas y muchos que, seguramente, habría ese día y que el “periodismo independiente” se daría el gusto de contar. Y si no era así, repetiría la misma información tantas veces como fuera necesario para justificar por qué éste era “el Censo del miedo”. Sin embargo ésa no sería la noticia del día. Ni la noticia del mes, ni la del año.
Como sucede en estos casos, prácticamente no hubo tiempo entre el “fue internado de urgencia” y lo que vino después. Apenas unos minutos para entender de qué se trataba. Para avisar, para comentar, para imaginar lo peor y para pensar cómo va a doler si pasa lo peor. Y lo peor pasó. Y duele.
Una esperanza en el zapping: que uno, al menos uno, lo desmienta. Que diga que se trata de una información equivocada, de un rumor. Pero todos los canales confirmaban la noticia y Crónica TV, con la frialdad de un médico forense pero con el amarillismo de Crónica TV, se jactaba de haber lanzado la primicia a las 9.53.
Un impacto enorme, sin dudas. Para nosotros y para ellos. Para los de la desesperación y la angustia y para los del champagne y las bocinas, integrantes todos de esta Argentina “crispada”. Antinomias que, según los medios hegemónicos, él se encargaba de alimentar permanentemente, motivando odios y enfrentamientos. ¡Qué estupidez más grande! Como si los intereses de clase no hubieran existido antes de los Kirchner y fueran un invento de ellos. Como si el que tiene hambre pudiera convivir pacíficamente con el que todo lo tiene. “Pobres hubo siempre”, es cierto, pero no siempre se los tuvo en cuenta.
Un impacto enorme también, porque es casi como la muerte de un Presidente en ejercicio. Y no es machismo, ni la sandez del “doble comando”. Es coherencia: al fin y al cabo, Cristina Fernández también es Presidenta desde 2003, porque se trata de un mismo proyecto, “nacional y popular”, como cantaron los miles de jóvenes que se acercaron a la Plaza en estas últimas horas. Ni por el chori, ni por el plan…
Murió Néstor Kirchner y la tristeza es grande y se multiplica. Por cientos, por miles, por millones. Porque desde hace tiempo, no es solamente el fútbol lo que es “para todos”. Por lo menos así lo entienden los que estaban desempleados, los que no tenían una jubilación, los que no iban a la escuela, los que no alcanzaban la canasta básica, los que no tenían una vivienda digna, l@s que no eran iguales ante la ley por su elección sexual, los que no eran reconocidos como primeros habitantes de esta tierra, los que veían quebrar su pyme, los que no creían en la política, las que piden justicia por sus hijos, las que buscan a sus nietos, los que apoyamos aunque todavía falte.
Juan Manuel Judez
¿Por qué te tuviste que ir? ¿Por qué, la puta madre? Duele, duele mucho y va a seguir doliendo. Argentina se estaba poniendo buena, pero buena en serio, no como Buenos Aires. Todo eso que alguna vez soñamos, y que seguíamos soñando a pesar de los golpes, de las caídas, a pesar del horror, pero cada vez más desilusionados, desencantados, adormecidos, todo eso por fin estaba pasando... Y vos justo te tenés que ir... ¿Sabés todo lo que te vas a perder, todo lo que no vas a ver y que seguro va a pasar? Y va a pasar gracias a vos, a la huella que dejaste... Y va a pasar porque Cristina es grande, muy grande y porque este camino lo iniciaron juntos... Y va a pasar porque cada vez somos más y porque gracias a ustedes recuperamos tantas cosas que habíamos perdido... Recuperamos la dignidad, recuperamos la identidad, recuperamos la alegría, recuperamos la esperanza y las ganas de seguir luchando...
ResponderEliminarGracias Néstor, nunca te voy a olvidar. Fuerza Cristina, ni un paso atrás.
en casa, en san pablo, colgamos su retrato.
ResponderEliminarlos gorilas ahora estan mas nervioshos que antes!
ResponderEliminarCON LA COMPAÑERA CRISTINA VENCEREMOS!