26 de diciembre de 2010

Un fin de año agitado

En el mes de diciembre del año del Bicentenario la Ciudad de Buenos Aires, gobernada por Mauricio Macri, viene siendo testigo de varios hechos de fuerte violencia social e institucional (la policía Federal no ahorró tiros, piedras y palos para tratar de sacar a los ocupantes del parque Indoamericano) que no son hechos aislados. Existe un hilo conductor, que para el Gobierno nacional es todo culpa de Eduardo Duhalde y Macri y para otros, la culpa es del Gobierno porque no se anima "a poner orden" y "sacar" o "reprimir" a los que cortan las vías en Avellaneda u ocupan tierras ilegalmente.

Apenas empezó el mes sucedió la toma del Parque indoamericano, el saldo: tres muertos. El jefe de Gobierno decidió culpar a los inmigrantes, pensando más en subir en las encuestas que solucionar el conflicto y pedía a gritos la ayuda de Cristina. En esa toma, la policía federal se desbocó y el Gobierno debió crear de apuro el Ministerio de Seguridad el 10 de diciembre justo cuando se conmemoraban los Derechos Humanos.

Luego llegaron las tomas en Lugano y otros distritos de la provincia de Buenos Aires. Cuatro gendarmes fueron atacados a balazos, uno de ellos está grave. Las autoridades nacionales creen que la bonaerense envió un mensaje al desembarco -que aún no sucedió- de Gendarmes en las zonas "calientes" en la Provincia que gobierna Daniel Scioli. 

Los acontecimientos en la estación Constitución pusieron en alerta al Gobierno nacional y todos sus funcionarios. El lanzamiento de Duhalde el 20 de diciembre no hace más que poner el ojo en el ex presidente que se jactó de no asesinar a nadie durante su mandato, olvidándose de los militates Dario Santillán y Maximiliano Kosteky. Además, el ex intentende de Lomas de Zamora se mostró más cerca de Jorge Rafael Videla y sus secuaces que de la justicia.

Párrafo aparte merece el Partido Obrero que no sólo sigue diciendo que este Gobierno es igual a todos, sino que además decidió jugar fuerte y cortar la vías para reclamar el pase a planta de todos los trabajadores tercerizados. El cóctel del jueves 23 era explosivo y lo sabían todos los actores involucrados.

La novedad fue que la fuerza de seguridad no utilizó armas para contrarrestar las piedras y botellazos de los pasajeros que intentaban regresar a sus casas. Según Página/12 un grupo de jóvenes con gorritas, pañuelos y piedras en sus mochilas fueron los primeros en encender la mecha. Para Clarín, se trato de pasajaeros-ciudadanos comunes que querían volver a sus hogares. En tanto, para el diario La Nación, la gente se cansó de viajar mal y decidió explotar. Además, el matutino sostiene que el Estado es una sombra, que el Poder Ejecutivo está aislado y en cada error que comete habla de "complot" o desestabilización".

Así está la Argentina que trata de terminar el 2010 y esperar un 2011 agitado por el año electoral, el conflicto social y enormes monopolios que aún se niegan de entender que esta Argentina en nada se parece a la que gobernó el falso progresismo de la Alianza de la UCR y el Frepaso.   

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